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LA LITERATURA DE TRADICIÓN ORAL Y LA COMARCA DE LAS TORRES

Enrique Barcia Mendo

Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura
Universidad de Extremadura

En este artículo se hacen algunas reflexiones de carácter general sobre la necesidad de definir el concepto de tradición oral y de analizar los distintos componentes que la integran (cuentos populares, romances, leyendas, refranes, coplas, trabalenguas, adivinanzas, etc.). Para abordar con garantías una empresa de recogida y análisis de la tradición oral en la comarca de Las Torres se hace necesaria la actuación de un equipo interdisciplinar integrado por especialistas en diversos campos de conocimiento, antropólogos, lingüistas, musicólogos…, que puedan catalogar y estudiar las significaciones profundas que encierra este rico universo, así como el estado actual de los textos de tradición oral en esta comarca: vigencia, funciones que desempeñan, depositarios de la memoria colectiva y funciones asignadas a los relatos.

También se señala la importancia del cuento como elemento narrativo más extenso y significativo de cuantos integran la literatura de tradición oral. El hábito de la narración oral se ha perdido no sólo en la comarca objeto de estudio, sino también en todo el ámbito peninsular. Ello nos lleva a la conclusión de que la función social que desempeñaba la narración oral (aglutinar a los miembros de la familia, llenar el ocio de las veladas invernales, transmitir los valores de la comunidad, etc.) se ha visto desplazada como consecuencia de los cambios en el modo de vida, provocados a la vez por el progreso tecnológico y muy especialmente por el desarrollo de los sistemas audiovisuales de transmisión de conocimientos.

No obstante los cuentos no se han perdido definitivamente. Al menos disponemos de varios volúmenes de cuentos populares extremeños recopilados por los folcloristas del siglo XIX, así como por aquellos eruditos y profesionales que continuaron esa labor recolectora a lo largo del siglo XX. Aunque no dispongamos de ningún repertorio completo de los cuentos de las Torres, sin embargo aún quedan personas que poseen una memoria privilegiada en la que almacenan las historias que oyeron contar en su infancia. Aunque pensamos que la tradición oral vivenciada, asumida y narrada por las personas mayores corre el riesgo de desaparecer frente al desinterés de las nuevas generaciones que seguramente ignoran el valor formativo y lúdico de los cuentos tradicionales. Por otra parte, los cuentos siguen estando presentes en el lenguaje cotidiano. Son numerosas las expresiones acuñadas por los hablantes que tienen como referencia el universo de los cuentos tradicionales, como vivir del cuento, ser como el burro flautista, el cuento de la lechera, dar coces contra el aguijón, etc. y y otras que son menos conocidas, como Esto es como el cuento del portugués: si me sacas del pozo te perdono la vida, que proceden de fuentes generalmente populares, pero en estrecha relación con autores tan importantes como Esopo, Lope de Vega o Samaniego.

Es importante el papel desempeñado por la escuela como centro en el que se refugian tanto la costumbre de la narración oral como la de transmitir enseñanzas por medio de los cuentos, unidos, claro está, a la potenciación y desarrollo didáctico de las destrezas relacionadas con las distintas áreas de conocimiento: perfeccionamiento de la expresión oral y escrita, de la expresión musical y plástica, de la interdisciplinariedad, etc. También se exponen algunos desplazamientos de la función social de los cuentos y de los nuevos contextos de utilización, citándose el ejemplo de la fábula de La rana y el escorpión, utilizada por el presidente de la Junta de Extremadura, para transmitir un mensaje político con la claridad y contundencia con que suelen hacerlo las viejas fábulas y los cuentos populares. La publicidad también utiliza el fondo inagotable de los cuentos (personajes, objetos mágicos, ambientes maravillosos, el bosque como espacio inquietante y seductor que sirve de fondo a la presentación de diseños, etc...) que viven en el inconsciente colectivo y pueden actuar como mecanismos de seducción al servicio de los mensajes publicitarios.

Hay una serie de rasgos esenciales de los relatos populares, a saber, la universalidad de los temas y la existencia múltiple de los mismos cuentos en distintas partes del globo terráqueo que no puede demostrarse que hayan tenido contactos entre sí, en los tiempos remotos en que surgieron los cuentos. Una de las características de la tradición oral, como muy había señalado Menéndez Pidal refiriéndose a los romances, consiste precisamente en el hecho de que vive en variantes. La ejemplificación de las distintas variantes de un mismo relato la hago partiendo de un cuento extremeño, El cabreru tontu, recogido en Navalvillar de Ibor y publicado en el libro de Marciano Curiel Merchán, que presenta numerosas similitudes con otras versiones de ámbitos tan lejanos como los Estados Unidos o Inglaterra.

La misma constatación se pone de manifiesto cuando analizo algunos cuentos recogidos en Torreorgaz, como El cuento del lobo o La mujer que nunca comía cuyos textos presento tal y como me fueron narrados por doña Concha Polo y que son comparados con otras versiones de las mismas historias publicadas en las obras de Juan Rodríguez Pastor o de Aurelio M. Espinosa, en ocasiones con otros títulos y con la inclusión de algunos personajes que no aparecen en las historias de nuestra comarca.

La tarea de recolección de cuentos debe continuar si queremos agotar las posibilidades del entorno. Seguramente aún puedan recogerse algunos relatos inéditos, como el cuento La Toscana que se incluye, hasta el momento, no he podido localizar en ninguna de las colecciones de cuentos populares consultadas.

Los cuentos recogidos en la comarca son de carácter realista, y tienen un tono burlesco, se basan en las relaciones entre marido y mujer, exponen la astucia del marido para desenmascarar a la esposa glotona o bien en el descubrimiento del poco amor que se profesan los matrimonios. La comida está presente en muchos de ellos y constituye uno de los temas centrales de la comicidad que se desprende de estos relatos cuyo lenguaje debe ser también estudiado para poner de manifiesto los recursos expresivos de la narración oral y los rasgos específicos de los hablantes de la comarca.

Examinemos ahora algunos de los cuentos recogidos en la comarca de las Torres, más concretamente en Torreorgaz y que nos han sido facilitados por doña Concha Polo Polo que dice haberlos oído en su infancia.

El primero de ellos nos lo contó una fría mañana de invierno del año 2002, sentados en la mesa camilla de su casa y no pudo recordar el título exacto con el que se designa esta divertida historia de las andanzas y desventuras de un lobo hambriento. Utilizamos, no obstante el título genérico de “El cuento del lobo”, con el que ella nos introdujo el relato


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