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De este bonito cuento popular, recogido en la comarca cacereña, tenemos otras versiones también recolectadas en Extremadura por diversos autores. A la hora de clasificarlo, todos coinciden en hacerlo dentro del grupo de Cuentos de animales, y dentro de este grupo, está claro que tendríamos que incluirlo en el apartado de Animales salvajes y animales domésticos, que es donde figura en el catálogo internacional de Aarne y Thompson. Allí aparece dentro del Tipo 122A, denominado El lobo que busca desayuno, cuyo esquema general es el siguiente: El lobo (o el zorro en otras versiones) “amenaza comer a varios animales (el cerdo, la oveja, el caballo, etc.). Conforme a su petición, espera hasta que el pasaporte haya sido examinado, los niños hayan sido bautizados, etc. Pierde su banquete”.

Como podemos comprobar, el cuento de Torreorgaz se ajusta perfectamente a este tipo aunque los animales no sean exactamente los mismos que aquí se exponen; el cerdo, la oveja y el caballo, que aparecen como carnero, yegua y cerda. En Extremadura, se ha contextualizado el relato y los narradores han optado por los animales hembras, yegua y cerda (en realidad guarra, en el texto), lo cual resulta coherente con la condición maternal, defensora y protectora de sus crías de ambos animales, que se enfrentan al lobo por salvar la vida de su prole.

La historia del encuentro del lobo con la yegua y su potrillo, que es la segunda aventura del cuento de doña Concha Polo, podemos encontrarla en el catálogo de Aarne y Thompson como perteneciente a otro tipo diferenciado, el 122J que se define así: El asno le ruega al lobo que le saque la espina del pie antes de comerlo; le patea en la boca.

Buscando en otras colecciones de cuentos hemos encontrado versiones muy similares a la recogida en Torreorgaz. Por ejemplo, en el libro de Juan Rodríguez Pastor, Cuentos extremeños de animales, se incluyen seis cuentos de este mismo tipo, dentro del apartado específico de Andanzas y desventuras del lobo, cuyos títulos son:

  • Cuento número 37:      EL LOBO EN EL ZUMAJO
    (Tipo 122A: El lobo en busca de su desayuno)

  • Cuento número 38:      EL LOBO
    (Tipo 122A. El lobo en busca de su desayuno) + 5 (Mordiendo la pata)

  • Cuento número 39:      EL LOBO EN LA CANALEJA
    (Tipo 122A: El lobo en busca de su desayuno)

  • Cuento número 40:      LA GUARRITA Y EL LOBO
    (Tipo 122A: El lobo en busca de su desayuno)

  • Cuento número 41:      LA YEGUA Y EL LOBO
    (Tipo 122J: la espina en el casco)

  • Cuento número 42:      CUENTO JURDANO
    (Tipo 122A: El lobo en busca de su desayuno)

Como puede comprobarse si se comparan las distintas versiones de estos cuentos, en algunos casos los narradores han hecho un único relato “cosiendo” los distintos episodios del lobo y sus encuentros con los tres animales, carneros, yegua y cerdo. Pero cada uno de estos encuentros puede constituir un relato autónomo, como sucede en el cuento de La guarrita y el lobo o en el de La yegua y el lobo.

Otra característica que se desprende del análisis de los cuentos es que algunos de ellos localizan el espacio en el que transcurren las historias en lugares concretos pertenecientes a las localidades de los narradores: la Canaleja, el puerto del Zumajo o la comarca de las Hurdes que sirven incluso para dar título a las respectivas variantes.

Nuestro cuento de Torreorgaz presenta un final que coincide en algunos aspectos con el cuento de El lobo en el Zumajo, con la diferencia de que las lamentaciones del lobo, en éste último se hacen en verso:

Sacaor de espinas,
bautizaor de gorrinos,
partior de tierra…;
¡si me cayera un rayo
que me partiera!

EL CUENTO DEL LOBO

Había una vez un lobo que se levantó una mañana y según se sentó en la cama pa levantarse, le dio tres estallidos el rabo y dijo: “Buen día de caza hoy. Esta es buena señal. Voy a irme ahora mismo de caza”. Entonces se fue por el campo y nada más salir al campo se encontró con dos carneros que se estaban peleando.

Y dijo el lobo ¿qué pasa, qué pasa aquí que hay pelea?

- No, es que mi padre nos ha dejao esta cerca y mi hermano la quiere pa él y yo la quiero pa mí…

- Y dice el lobo: pues lo más justo es que sea pa los dos. Pues yo me voy a poner en el medio de la cerca…Pero vamos… Y vosotros, el primero que llegue…es pa él. Si vosotros no la queréis partir a medias…el primero que llegue donde yo estoy…pos pa él. Y con el otro pos ya veremos, porque yo no he desayunao.

Y entonces el lobo se puso en mitad de la cerca, los carneros se fueron cada uno a un extremo. Empezaron a correr y pillaron al lobo en mitad de … , de los dos, y lo dejaron al pobre allí tumbao, hecho polvo …Cuando llegó se escaparon, claro, los c….

Se despierta el lobo,…se desatonta, porque se quedó to atontao.

            - ¡Ay!, ahora me duele todo.

Empezó a andar y llegó,… un poco más adelante se encuentra una yegua con un potrillo, muy finito y dice:

- ¡Hombre¡ ¡Buenos días¡: Lo justo, justillo. Cabal, cabalillo. La libra a la madre y la ….al potrillo. Y yo no he desayunao. Así que ya sabéis lo que quiero decir.

La yegua dice: ¡Hombre¡ Señor lobo es muy justo que desayunes y que desayunes con nosotros si es lo primero que te has encontrao. Pero yo creo que hay un problema y es que en una pata tengo una espina que me he clavao, terrible, y te va a hacer daño. Capaz de que te haga un agujero en las tripas si me comes con la espina esa…Dice: ¡Bueno, bueno!. Yo creo que es mejor que primero me saques la espina.

- Vale, vale, vale, pero rápido porque yo tengo mucha hambre.

Puso la pata parriba la yegua y cuando fue a sacarle la espina le pegó una coz y lo dejó sin dientes y hecho polvo. Y se escapan, claro. Echan a correr. Y entonces el lobo, sigue, se repone y sigue andando. Y llega cerca del río a un molino que había por allí. Y se encuentra a una guarra con siete guarrinos. Y dice: ¡Hombre¡ (también dijo una frase así que es que no me acuerdo) Total que les dice que se los va a comer pa desayunar. Bueno, ya pa comer, porque se le había hecho muy tarde entre unas cosas y otras y no había comido nada y que tenía un hambre feroz y que se los iba a comer… Entonces la cerda le dice que, hombre, que como se los va a comer así, sin bautizar ni nada, que no estaban cristianaos y entonces que se le iban a indigestar y que tal… que, porque allí en el molino, en la acequia del molino no cristianaban a los cerdos.

-Bueno, pues venga, venga, rápido, porque ya no aguanto más. A ver cómo hacemos.

Dice la cerda: pues lo mejor es que usted se ponga en el brocal. Yo le voy dando los cerdos, usted los va bautizando y contándolos, uno, dos, tres…Y ya desque le da el séptimo la cerda le pega un hocicazo al lobo y lo tira a la acequia del molino y se escapan los cerdos y el lobo se queda por allí . Ya, cuando consigue salir de allí, mojao, maltrecho todo de tantos avatares que había tenido a lo largo del día y se pone allí debajo de una encina, así apoyao en el tronco, y a lamentarse de que quién lo habrá hecho a él repartidor de tierras, sacador de espinas, y bautizador de cerdos. Que más valiera que viniera un rayo del cielo y lo matara, porque ya según estaba, pos no…le compensaba seguir viviendo. Entonces un leñador que estaba en lo alto, que lo oyó, dejó caer el hacha, lo mató y colorín, colorao…


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