Gª Plata de Osma responde de
esta manera a la pregunta que él mismo se hace ¿Qué son «Las Tablas»? Son
un homenaje al Niño-Dios, en recordación de las ofrendas de los Reyes
Magos y de los pastores: consisten en unos tableros engalanados con
pañuelos de seda, rosarios, medallas y cintas de variados colores, sobre
los cuales colocan rosquillas, panes, naranjas, golosinas, etcétera, que
han de venderse después por medio de pujas, ante la puerta de la iglesia.
"Antiguamente no se hacían
igual que ahora, no tenían nada que hacer los quintos con las tablas, eran
las muchachas jóvenes, no llegaban a los 20 años. Se las elegía el
día de la Pura, era el cura el que elegía a 6 muchachas jóvenes, las
pidioras, que se elegían en la iglesia. Eran 6 muchachas jóvenes que se
dedicaban desde el día 8 hasta el 24 recolectaban todo tipo de materiales,
para los gastos de la fiesta y para la construcción de los tableros."
"Todos los años y en
calidad de Mayordomas o «Pedidoras», se designan a seis jovencitas para
que recolecten entre los vecinos del pueblo lo necesario a la brillantez
del festejo; y no hay para qué decir que las designadas se estimulan y
trabajan con el entusiasmo que les inspira la tradición de sus mayores, y
desde el día 8 al 24 de diciembre no descansan un momento."
"Cuando salían las
muchachas de la iglesia iban entonces los quintos con los troncos que
habían cogido en carros y bueyes y pasaban por delante."
"El día de Nochebuena por
la mañana se iba a por “los menudos” y la gente dejaba haces de leña en
las puertas y ellos iban recogiéndola para hacer la hoguera de por la
noche."
"Los días 25, 26 y 27
salían cada día dos pidioras iban los danzaores con ellas, alrededor de
10, los chicos a un sitio y las mozas al otro, se iban haciendo cruces.
Los descargaores (creo que se llaman así) solían ser los dos novios o los
hermanos de las pidioras. Solamente se vestían ellas de refajo y era en
Carnavales cuando se vestía mucha gente, pero en esos días solamente las
pidioras."
Según García Plata eran dos
danzaores los que acompañaban a cada pidiora “Cada «Pedidora»
lleva, a diestra y siniestra, dos mozos bailadores, cuya resistencia es
admirable: dan saltos de más de a metro, acompañándolos con iolé y olé!,
sin perder el compás de la «orquesta»... Toda esta gimnasia, sin
interrupción, dura más de una hora, sin que mozo alguno se rinda... Yo los
he visto sudar en una cruda mañana más, mucho más, que en un caluroso día
de siega”:
ERA MUCHO MÁS SOLEMNE. Las
dos pidioras llevaban las tablas en la cabeza y muy solemnemente iban
andando sin mover nada la tabla “no como ahora que van venga a moverse.
Antes no se movía nada. La tabla llevaba el paño muy largo, le llegaba más
o menos hasta la cintura, parecía que iba el tablero deslizándose sólo.
Era muy bonito verlo, no como ahora, los danzaores iban a ambos lados y se
cruzaba. No tenía nada que ver con lo que se hace ahora, que ya bailan los
quintos. Eran cosas diferentes.
Las tablas se vestían antes
en las escuelas entre las familias. Después cada pidiora se llevaba la
tabla a su casa y después iba la gente a buscarlas a casa y desde allí
iban a la Iglesia, después de misa salían. Iban a las tres cruces, a
la dehesa del médico y al fuego. Después a la Iglesia.
A partir de ese día y hasta
el último día de las tablas, el 27 de diciembre, daban la música todas las
tardes, después de las tablas, haciendo rondas por las calles toda
la tarde. Llevaban la música por las casas y les iban sacando de comer y
beber. Los tres días de las tablas, 25, 26 y 27 de diciembre se iba dando
la música de casa en casa después de las tablas y durante toda la tarde,
allí les iban dando patatera, chorizo, bebidas y van pasando por todas las
casas. Iban en cuadrillas por las casas.
Gª Plata de Osma lo describe
así: El día 24 de diciembre, después del toque de maitines, empieza la
fiesta. El pueblo en masa acude a la puerta de la iglesia, y en tanto que
llega la hora de la misa, la apiñada multitud y al unísono no cesa de
cantar coplas y romances religiosos, amatorios, pastoriles y de todas
clases, con excepción de los que encierran un fondo grosero. La tonada es
dormilona, simplicísima: el segundo verso viene a ser un acompañamiento
del primero, y así todos los demás. ¿Instrumentos musicales? Allí van...
Calderos, almireces, panderos, cañas, castañuelas y otros utensilios más
o menos culinarios, con los que producen una «armonía» especial que suena
así: iChis.., chas-carri-rras!
Por esta razón y haciendo uso
de una verdadera onomatopeya, a esta «música» la llaman el «Chascarrirrás». |
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