El trigo recolectado se molía
para hacer los dulces y el resto del material recolectado se vendía para
comprar lo necesario.
Cada madrina y tablera elige
su danzaor, y un mes antes aproximadamente de San Mateo, se comienza a
ensayar la danza del “chicurrichi”, en la plaza de la Iglesia.
Una semana antes se empiezan
a preparar los tableros, con las carpeta tejida, el peinador, banderas de
papel “picadas”, estandartes, flores de papel y tela, etc.
Dos días antes se hacen los
dulces y la víspera de San Mateo se colocan en el tablero, que ya ha sido
adornado con todo lo demás.
DULCES DEL
TABLERO:
Actualmente llevan:
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Dos roscones: uno a la
parte delantera y otro a la trasera.
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Una docena de roscas de
lustre
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Una docena de flores
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Una docena de empanadillas
de bizcocho
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Una docena de repelaos
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Un queso de almendra
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Un brazo gitano
(antiguamente se ponía una rosca de piñonate)
Arcos adornados con flores y
verde silvestre (pincha mucho y no saben cómo se llama), sujetos por ocho
mimbres, clavados en 8 panes redondos de kilo.
Vestimenta: Carpetas antiguas
tejidas en el pueblo, de rayas de colores, peinadores (paños blancos..)
FESTIVIDAD DE SAN MATEO:
El día de San Mateo, 21 de
septiembre, por la mañana, se hace la procesión. Hasta hace unos 20 años
las madrinas y tableras iban con traje de gala y mantilla, acompañando la
procesión
Por la tarde, van todos los
danzaores a casa del maestro y desde allí, bailando al son del “chicurrichi”,
maestro (el del tambor), flautista y danzaores, van a recoger a cada una
de las tableras
Cuando está el cortejo en
pleno van a recoger los tableros, se coloca cada tablero sobre la cabeza
de su tablera y se encaminan a la plaza.
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