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EL CARNAVAL

Es la fiesta por antonomasia, en la cual se desarrolla más la libertad individual. Estas fiestas vienen celebrándose desde la antigüedad, en época romana se celebraban en honor a los dioses Dionisos (en Grecia) o Baco (en Grecia) y Saturno, en Creta lo celebraban en honor a Cronos9.

Época de las bacanales y en música de los ditirambos, en los que destacaban los ritmos compuestos para dar más movimiento y sensación de libertad y las danzas (generalmente compuestas en hemiolia o sesquiáltera).

Actualmente hay autores que explican el Carnaval como la destrucción simbólica del orden establecido; otros como el antropólogo Javier Marcos Arévalo10, son partidarios de entenderlo justamente como su refuerzo. En realidad pueden conjugarse las dos posturas, ya que en un momento determinado a través de la máscara y el disfraz las diferencias sociales, de clase y jerarquía desaparecen y  rompen el orden establecido. Este orden es ficticio ya que, pasado el momento de la fiesta, vuelve todo al cumplimiento de la norma.

El Carnaval en la zona de estudio ha pervivido con más fuerza en unos pueblos que en otros hasta la actualidad,  al igual que observamos cómo se ha celebrado con fuerza la adoración a los Santos Mártires y la celebración de la Purificación de la Virgen en las Candelas, en varios pueblos el Carnaval no ha perdido nunca su sentido, como es el caso de Albalá y de su vecina Montánchez.

Podemos determinar algunos puntos comunes como

  • Bailes y ambiente festivo en general, por las calles y en los bailes, con disfraces de aldeanas y  "jarramachos" o “jurramachos”, con trajes y todo tipo de trapos viejos. Las mujeres de hombres, los hombres de mujeres, o simplemente de eso, "jarramachos".

  • Relacionadas con el ritual de los quintos:
    - Carreras de gallos, aunque antiguamente se hacían en todos los pueblos, prevalece con fuerza en Albalá.
    - Carreras de cintas, relacionadas con el ritual de los quintos.

  • Baile de la piñata, el domingo primero de Cuaresma o domingo de Piñata.

  • El entierro de la sardina 

  • Es comida típica en la zona el buche con berzas. 

Con motivo de esta fiesta están muy bien delimitados los géneros, comadreos, chapas y portazos de mujeres. En éstos son las mujeres las que invitan a los hombres. Las carreras de gallos y cintas, son los hombres los que tienen el protagonismo y los que luego invitan a las mujeres.


LOS CARNAVALES EN LOS DISTINTOS PUEBLOS

Además de estos puntos comunes que hemos señalado, hay otros que destacan:

Torreorgaz: La vaca, el cantarito y la piñata.

Torrequemada: Jueves de Carnaval: Comadreos; Martes de Antruejo: chapa y portazos.

Albalá: Gallos, estudiantinas y Piñata.

Valdefuentes: Baile de la Piñata.

Torre de Santa María: La piñata.

Y son especialmente celebrados en cada pueblo. Todo el ritual de los gallos y las cintas lo incluimos en el capítulo dedicado a los quintos.


Torreorgaz. La Vaca, el cantarito y  la Piñata

La vaca. Consiste en una especie de armazón metálico triangular con dos cuernos, que está custodiada siempre por la misma familia y pasa de abuelos a padres y a hijos. La sacan el lunes y martes de antruejo y va por la calle pidiendo dinero. Cuando nos le dan enviste contra el “tacaño” y si le dan les hace la reverencia y se va a otros. Los niños le tiran paja y siempre va acompañado con un grupo, que después le acompañará también para gastarse el dinero recopilado en la fiesta.

El cantarito. Es un juego que hacían las mujeres, consistente en ponerse en círculo e irse lanzando un cántaro de barro, mientras se recitaba o cantaba el romance “Morito si vas de caza...”, de hecho a este romance se le dice también en Carnavales.

Juliana Fernández y  Mª Jesús Rodríguez  jugando al cantarito.



Torrequemada. Comadreos, chapa y portazos

En esta zona únicamente es en Torrequemada en donde se celebran los Comadreos. La mujer toma el papel protagonista de la fiesta, organiza y paga el festejo e invita a los hombres. Se iniciaba el Carnaval con el sorteo de las comadres entre las partías, o grupos de amigas. Cada mujer, mediante sorteo público, se emparejaba con otra a la que permanecía unida durante los días que duraba el Carnaval Las dos bailaban en "La junta" (cena y baile de amigas en una casa) y en el Salón de baile del pueblo. 

El jueves por la mañana se reunían las distintas "partías" para ir a casa de cada una de ellas pidiendo con tazas distintos productos para preparar una gran cena. A la cena asistían vestidas "de aldeanas", (refajo, jubón, faltriquera, pañuelos de cien colores...), en la actualidad se hacen  con otro tipo de disfraces.

La cena consistía en arroz con menudillos, poleás[1] y "buñuelos".

Los muchachos, vestidos de "jarramachos" se paseaban alrededor de la casa hasta que eran invitados a entrar y participar en el baile y después los integrantes de unos comadreos visitaban a los otros. Hubo una época en la que también se sorteaban los compadres y otras veces los sorteos a veces fueron entre mozos y mozas. Después se volvió únicamente a las "comadres". En la actualidad se hace entre grupos de amigos y amigas y no hay sorteo de comadres.

"La chapa" y "los portazos" 

El martes de Antruejo por la mañana las muchachas se subían en grupo a los doblados y por las ventanas tiraban agua al que se atrevía a pasar por debajo. A veces los muchachos conseguían subir a los doblados a escondidas y eran ellas las sorprendidas. Ese mismo día, si los muchachos encontraban las puertas abiertas, entraban en las casas, deshacían las camas, tiraban paja y pegaban portazos. Las casas en las que más se enfadaban los dueños eran las más visitadas.

A1 mediodía se almorzaba "el buche con berzas" y por la tarde se repetía la carrera de gallos. Esta tarde se reunían los quintos del año anterior y los que se sorteaban en el otoño siguiente. Era como una presentación de los quintos nuevos por parte de “los viejos”  ante el pueblo.


Albalá: Las estudiantinas y la Carrera de Gallos.

Estudiantina de Albalá: Al fondo se ve uno de los carros a los que se atan la cuerda gallera y dos gallos de los que ya han sido degollados, preparados para ser guisados para la cena de galleros y galleras

Destacan como características  del Carnaval de Albalá, las estudiantinas, no es otra cosa que las murgas típicas del Carnaval en otros muchos lugares de España. En las que se disfrazaban por grupos y se inventaban canciones alusivas a burlas,  sátiras, bromas típicas de la fiesta.

Iban de casa en casa llevando la música y allí se les obsequiaba con productos de la matanza y dulces fritos que se han empezado a hacer y consumir desde hace un mes.

Otra característica común a toda la zona son las carreras de gallos. Durante mucho tiempo se aprovechaban estas carreras para la presentación del quinto nuevo o entrante o de hogaño por el antiguo o saliente o de antaño. Después de las carreras el gallero invita a la novia o a una amiga (que llaman galleras) a la cena que consiste en los gallos que ha cocinado la madre del gallero que ha cogido más gallos.

Por lo tanto es otro aspecto del galanteo, del mozo que ocupa el lugar del gallo como jefe del gallinero, y se convierte en el líder durante la fiesta.

Cada quinto aportaba un gallo. Las familias lo ceban durante todo el año, y a veces durante más tiempo. Un mes antes de la fiesta, los participantes cuidan esmeradamente las cabalgaduras.

Para las carreras visten generalmente trajes basados en se ha generalizado como típico extremeño, consistente en pantalón negro, y chaleco y fajín rojo, más camisa blanca y se caracterizan en Torre de Santa María y Albalá en que llevan  una especie de puro, que así lo llama muy adornado con encajes y cintas de colores. Otra de las características de Álbalá es el pañuelo gallero, pequeño pañuelo que se ponen en la espalda, justo al terminar el cuello. Dicen que sirve para que no se manche el chaleco de la sangre del gallo. También en Albalá utilizan trajes cortos de paño y de cuero.

Los caballos lucen preciosas monturas y la llamada “manta de caballo, manta de madroños o manta gallera”, tejida de mil colores y con infinidad de madroños que antiguamente tejían las abuelas o las madres, ahora se bordan.

Se celebraban estas carreras siempre en Carnavales, durante varios días, incluido el domingo de piñata que continúa en Albalá.

Entre dos carros de madera enfrentados se ataba una cuerda y en el centro de la cuerda se colocaba cada vez un gallo vivo, cabeza abajo. Los quintos, montados sobre caballos "al galope", antiguamente con espadas y después con porras, golpeaban la cabeza del animal, hasta que se la cortaban. Esto se repetía con cada uno de los gallos.

Desde el año 2003 los gallos se ponen muertos, para evitar el sufrimiento del animal.

LOS GALLOS QUE NO SE CONSUMEN EN LA CENA GALLERA SE ENVÍAN A LA CASA DE LA MISERICORDIA DE ALCUÉSCAR, EN DONDE TENDRÁN COMIDA CON LOS RECONOCIDOS “POLLOS DE CAMPO”, PARA VARIAS VECES.

VER VÍDEO Gallos de Albalá

ÁLBUM FOTOGRÁFICO DE LOS GALLOS DE ALBALÁ

           
           
           
       
         

Torremocha, Valdefuentes, Torre de Santa María y Torreorgaz: Domingo de Piñata. Baile de la piñata

Como en Torremocha, Valdefuentes, Torre de Santa María y Albala,  el primer domingo de Cuaresma se bailaba la Piñata. Que consistía en poner una piñata con regalos y bromas en el centro del salón del baile. Las parejas iban bailando y según pasaban tiraban de una cinta. Unas veces tocaban buenos premios, pero otras entre las chucherías mezclaban ratones u otros bichos que alborotaban a todos los que allí estaban.

La música era la que interpretaban los músicos, y antes las mujeres acordeonistas, que solían ser pasodobles, valses corridos. También es muy característico es Torre de Santa María, el cantar la ciringoncia.


Miércoles de Ceniza: Entierro de la Sardina:

El miércoles de ceniza se hacía el Entierro de la sardina. Las mujeres ataviadas con pañuelos o cobijos negros van por todo el pueblo haciendo aspavientos, dando voces y simulando lloros.


[1]   Las poleás son una especie de natillas, que se hacían con aguam harina y azúcar. Era el postre típico de los comadreos. Nos recuerda a la “mola salsa” de las vestales, recordemos también las natillas que lleva la vaca tora en las Carantoñas de Acehuche, o las natillas que también se repartían en rituales andinos. Algunas de ellas las recogió el Obispo Martínez Compañón en Trujillo del Perú, en el siglo XVIII.

9 PÉREZ HIERRO, F.: “Manantío Torrequemeño”, Cáceres, 2000.


10 MARCOS ARÉVALO, J.: “Los carnavales en Extremadura” Badajoz, Caja Extremadura, 199 , (pág. 20).


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