Esta
comunicación se centra en Cáceres, capital de la Alta Extremadura, por ser
objeto de estudio de investigaciones anteriores. Somos conscientes de que
Cáceres quizás no sea el centro más representativo de toda la provincia, pues
hasta el siglo XIX no obtiene la capitalidad de la provincia, habiendo sido
anteriormente Plasencia la capital y también centro capital en todo a lo que
actividad musical se refiere; existiendo también otros focos de mayor
importancia que Cáceres, como Coria o Guadalupe; de cualquier forma éste es un
punto de partida en un campo abierto para próximas investigaciones,
adquiriendo aquí el compromiso de, en próximos congresos, aclarar en su
totalidad la relación de músicos portugueses con la Alta Extremadura.
De la
Antigua Lusitania, cuando no estaban delimitadas las dos zonas, ya Ismael
Fernández de la Cuesta nos da noticias de danzas y canciones de tradición
épica, “sabemos por Apiano que Viriato, vestido de sus mejores galas, fue
incinerado en una altísima pira en cuyo derredor sus soldados realizaban
danzas guerreras y cantaban sus hazañas” .
Este hecho ¿se dio en Portugal o en Extremadura? No lo sabemos, aún la
búsqueda del enterramiento de Viriato está volviendo locos a prehistoriadotes
y arqueólogos.
Pero esa
no es la época a tratar, sino una muy posterior, en la que ya los territorios
están delimitados, a partir de finales del siglo XVI, el siglo XVII y hasta
mediado el siglo XVIII. De fechas anteriores a este periodo se ha perdido toda
la documentación y después de 1750 la capilla musical cacereña, tras un
progresivo declive, sufre una fuerte crisis y únicamente asisten a la villa
músicos en ocasiones esporádicas, como en el Corpus Cristi, en la Octava de
Nuestra Señora de Agosto o en Semana Santa, pero no permanecen contratados en
continuo, a excepción del organista .
Suponemos que esta decadencia responde a cuestiones económicas. Durante el
periodo de mayor actividad musical hemos podido observar la afluencia de
varios músicos portugueses a Cáceres.
Nos
centramos en nuestro objetivo con un primer documento
de 1577, consistente en una carta de poder del maestro de capilla de la
Iglesia de Santa María de Cáceres, por la que otorga poder “a my señora
madre Felipa Díaz Barreta, viuda, mujer que fue de Manuel Díaz, mi padre,
difunto questé en gloria, veçina de la ciudad de Portalegre, en el rreyno de
Portugal, para que cobre del Yllmo. Sor. Don Andrés de Noroña, obpo. de la
dicha ciudad o de sus mayordomos e fatores… todo el salario que se le deve del
serviçio que tiene fecho al dicho Sor. obispo de su capilla ques de seys meses
corridos a rrespeto de 20.000 rs. que su señoría me manda dar en cada un año…
y para cobrar tanbien del Sor. liçenciado Gonzalo Gómez, canónigo de la
yglesia mayor de dicha ciudad como mayordomo y recibidor de la fabrica de la
dha. Yglesia mill e tresçientos e treinta y dos mrs. por mis serviçios de
maese de capilla de la dha. yglesia el mes de enero ultimo a razon de
cuarenta mill e noveçcientos noventa uy nueve mrs. por cada un año…”.
De 1595 se
conserva un interesante documento,
que consiste en un contrato que le hace la villa de Cáceres a tres
ministriles, Antonio Márquez, Juan de Arellano y Bernardino de Mendoza,
“ministriles de chirimías, vecinos de la villa de Villaviçiosa, en el rreyno
de Portugal” por el que se comprometen a permanecer en esta villa durante
tres años, participando en las fiestas profanas que organice el Concejo y de
ordinario en la Iglesia de Santa María en todos los actos religiosos para los
que se los requiriese, así como en las otras tres parroquias, Santiago, San
Mateo y San Juan en las fiestas esenciales de culto de cada una de ellas
“con nuestros instrumentos de música y ministriles, chirimías, sacabuche,
corneta y baxón”.
Antonio
Márquez permanece en la villa hasta 1602 en que se le pagan 8.326 maravedíes
“y no se le pagó más cantidad por averse ido desta villa a principios de
março deste año” ,
pero en 1604 otro nuevo contrato le compromete con la villa (ver apéndice).
Bernardino
de Mendoza permanece en Cáceres hasta 1608. En 1609 se encuentra viviendo en
Trujillo .
Juan de
Arellano, a diferencia de sus compañeros, marcha al año siguiente de su
llegada, sin dejar constancia de su trayectoria.
En 1603,
Juan de Alviano, maestro de hacer campanas, vecino de Arroyomolinos de
Montánchez, ante el escribano Juan Martínez Sigler, se obliga a pagar a
Baltasar Hernández, vecino de “El Fondón en Portugal, quatrocçientos e
ochenta reales por negocios” .
Del día 8
de octubre de 1604 data otro documento
referido a cuatro ministriles, entre los que se encuentran los dos primeros
cumplidores del grupo de los tres anteriores, Antonio Márquez y Bernardino
Mendoza, y además Antonio de Mora y Alonso Velásquez, de los cuales no se sabe
su procedencia, aunque a la muerte de Alonso Velásquez, acontecida en 1606 se
le paga a su mujer “Isabel do Valle” la parte del salario que le correspondía.
Este “do Valle”, nos hace suponer que son de procedencia portuguesa también.
Antonio de Mora en 1608 marcha a la Catedral de Badajoz.
En 1633
aparece en los Libros de Cuenta de fábrica de Santa María, Juan Temudo,
ministril sacabuche natural de Castelldavid (suponemos que se refiere a Castelo
de Vide), en Portugal, que anteriormente tiene fijada su residencia en
Valencia de Alcántara, como nos demuestra un acta de pureza de sangre
existente en la Catedral de Badajoz, referente a su hijo Miguel.
Permanece en Cáceres hasta 1644, al menos como músico, después no volverá a
aparecer en las cuentas de la Iglesia.
Miguel
Temudo es hijo del anterior, nació en Valencia de Alcántara aunque de
ascendencia portuguesa, como hemos visto. Su primera formación es de entender
que la recibe de su padre, en 1643 alterna su oficio de organista con el de
cantor de coro de la capilla musical cacereña.
En 1651 marcha a Badajoz y entra a formar parte de la capilla de la catedral
como organista
al quedar libre esta plaza y ser consultado Juan de Lerma, organista de
Plasencia, éste informará favorablemente sobre las aptitudes de Miguel Temudo,
dando como resultado que “el 18 de diciembre de 1651 es nombrado organista
de aquella catedral Miguel Temudo, estudiante de la villa de Cáceres”.
Después ocupa otros puestos en capillas de otras localidades pacenses, de los
que se ha informado en otra comunicación de Carmelo Solís.
En
resumen, los músicos portugueses que trabajan en la capital cacereña proceden
de zonas limítrofes fronterizas, como se puede observar en el gráfico que se
ofrece al final de esta comunicación. Favorece la relación entre ambos países,
además del espíritu viajero del que normalmente caracteriza a los músicos, la
cercanía entre las villas de uno y otro país. Las cuatro villas documentadas
son Catello de Vide, Vila Viçosa, Portalegre y El Fondón (Fundâo), el lugar en
donde se halla enclavada esta villa no nos lo ha facilitado ningún mapa de los
que hemos consultado, pero no dudamos de que se refiere a alguna alquería o
pueblo pequeño también fronterizo.
No
desechamos la idea de que también por Valverde y San Martín de Trevejo,
pueblos limítrofes con Portugal, en la Sierra de Gata, entrarán en la
provincia otros músicos poniendo sus miras en la Catedral de Coria, punto
estratégico y en la de Plasencia, de ya reconocida fama.
De la
afluencia de músicos cacereños a las villas y ciudades portuguesas no tenemos
noticias ciertas, pero no dudamos en que se dio. Esperamos noticias de los
investigadores portugueses que dediquen sus trabajos a este tema, que podría
ser conjunto.
RELACIÓN DE MÚSICOS PORTUGUESES DOCUMENTADOS EN CÁCERES
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>>Mapa
que indica la procedencia y trayectoria de los músicos portugueses
documentados en Cáceres |
1604, octubre 8, Cáceres.
La villa de Cáceres contrata a Antonio Márquez, Bernardino de Mendoza,
Antonio de Mora y Alonso Velásquez, ministriles durante tres años, para
interpretar con sus instrumentos en las fiestas públicas donde sean
requeridos. (Archivo
Histórico Provincial. Secc. Protocolos. Caja 3759, Fol.. 418 rª y vª.
Escritura otorgada por Pedro Delgado. Escribano público de Cáceres).
En la villa de Cáceres, a ocho días del mes de octubre
de milly seiscientos y quatro años, ante mi, el escribano público y testigos
ynfraescriptos, parecieron Anton Marquez, Bernardino de Mendoza, Antonio de
Mora y Alonso Velásquez, ministriles estantes y residentes en la dicha
villa, cada uno por lo que le va y toca y dixeron que se obligaban y
obligaron de asistir y residir en esta villa de Cáceres, y como tales
ministriles executando y usando el dicho officio en todas las fiestas
públicas de reguzijos della, por tiempo de tres años cumplidos, que
comenzaron a correr y se cuentan desde primero de junio proximo pasado deste
presente año de mill y seiscientos y siete, por que por ellos la dicha villa
les a de dar y pagar en cada año los dichos tres de los salarios que se le
darán en la forma siguiente:
A el dicho Anton Marquez, cuarenta y quatro mill
maravedis
A el dicho Bernardino de Mendoza, veinte mill marvedís
A el dicho Antonio de Mora, treinta mill maravedís
A el dicho Alonso Velásquez, veinte mill maravedís
...Yten que de mas de lo que esta dicho an de asistir
y asistiran en la yglesia parrochial de Nuestra Señora de Sancta María desta
villa, tocando las chirimías todas las pascuas e dçia de fiesta de Nuestra
Señora o de los Apóstoles e domingos de la Trinidad de Casimodo y día de
Corpus y su otava y la Madalena y Sant Lorenzo… tocando cada uno su
ynstrumento, que por ello les ha de dar e pagar la dicha yglesia y su
mayordomo a los mismos plazos… Y que el dho Bernardino de Mendoza a de
asistir general hurdinariamente en la dicha Yglesia con los clérigos
cantores della, con el baxo, todos los días que fuesen de canto de horgano,
o fuere avisado por el maestro de capilla, sopena que por cada día que
faltase a las fiestas solenes y especificadas (sic por especificadas),
incurran cada uno de ellos en pena de seis reales por cada día, los cuales
se le descuenten del dicho salario que la iglesia (roto) de la ración del
curo (roto) teniente de la dicha yglesia.
...Yten que si fueren llamados para la fiesta de
otras// yglessias parrochiales desta villa o monasterios o cofradías, hasta
mill maravedis, y no mas de alli abajo, como se concertare por cada fiesta. Se prometieron e se obligaron que durante los dichos
tres años, porque se hace este asiento, no se apartaran de ni iran… Fue fecha e otorgada por el dicho Pedro Delgado, a
seis dias del mes de diziembre de mill e seiscientos e quatro años.
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