ESTUDIO POR ÉPOCAS: TRANSICIÓN DEL RENACIMIENTO AL BARROCO

RODILLA LEÓN, Francisco J.: La música del polifonista Juan Esquivel de Barahona conservada en los archivos de las catedrales extremeñas, en "Ars Sacra ", Vol.26-27, año 2003, págs. 182-184.

Francisco Rodilla León
Profesor de Música
UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA

CD: Juan Esquivel de Barahona
Coro de la Universidad de Extremadura 
Dctor: Francisco Rodilla León
 

Partitura Motete DUO SERAPHIN de Juan Esquivel de Barahona
Dctor: Francisco Rodilla León
 

Una muestra de la riqueza de fondos musicales que poseen las catedrales de Extremadura es la conservación de buena parte de las obras de los más insignes músicos del siglo XVI. Así ocurre, por ejemplo, con la obra del polifonista de Ciudad Rodrigo (Salamanca) Juan Esquivel Barahona (h. 1560-1526), uno de los compositores más relevantes del Renacimiento tardío en España, junto a otros quizá más conocidos como Sebastián de Vivanco, Alonso Lobo o, el más famoso de todos, Tomás Luis de Victoria. 

La importancia de este músico fue valorada, entre otros, por el reconocido musicólogo Samuel Rubio, quien a principios de los años cincuenta realizó un interesantísimo trabajo sobre el catálogo de música de la catedral de Plasencia. Se expresaba en estos términos: “En los anaqueles de sus archivos musicales yacen un sinnúmero de piezas que serían suficientes, por sí solas, para consagrar el pasado de un país y el nombre de sus autores. El estudio y publicación de estas obras constituirán, en muchos casos, una verdadera revelación, que hará pasar, del casi completo olvido a la categoría de genio a más de un autor. La catedral de Plasencia nos proporciona una buena prueba de nuestras afirmaciones. Entre los libros que, con música de facistol, se guardan en ella hay uno que contiene sesenta y dos obras de Juan Esquivel de Barahona, cuyo nombre figura en las historias más documentadas de la música española, entre otros varios de su época, de los que no se sabe otra cosa más que existieron y que fueron maestros de capilla de tal o cual sitio. Pues bien: transcritas y estudiadas muchas de las obras de Esquivel, podemos afirmar, sin temor a ser desmentidos, que este gran polifonista debe ser colocado con toda justicia, al lado de los más insignes de la escuela española. […]Por esto juzgamos de extraordinario interés la publicación de índices de la música existente en nuestras catedrales, ya que es orientar a investigadores y musicólogos en lo mucho que aún queda por recorrer y descubrir en el largo y ancho camino de nuestra historia musical”[1].

Que sepamos, Esquivel llegó a publicar cuatro libros de música: el primero de todos contenía seis misas, Missarum Ioannis Esquivelis...liber primus, fue editado en Salamanca en 1608 y se conserva exclusivamente en el archivo capitular de la catedral de Badajoz. Este volumen contiene las siguientes obras: Asperges me, a 4; Misa Ave Virgo sanctissima, a 5; Misa Batalla, a 6; Misa Hexacordo, a 8; Misa Ductus est Iesus, a 4; Misa Gloriose Confessor Domini, a 4; Misa Pro defunctis, a 5; In paradisum, a 6. Es una lástima que el volumen no se conserve íntegro, ya que carece de las siguientes páginas: 1-2, 55-90 y 237-244. Como consecuencia, no figura el motete introductorio Asperges me; así como el Kyrie, el Gloria y parte del Credo de la Misa de batalla; aparecen incompletos el Sanctus y la antífona de la comunión de la Misa pro defunctis. Tampoco se conserva el motete In paradisum. Se trata, en todo caso, de un ejemplar importantísimo, ya que es el único que se conserva en la actualidad.

Una segunda publicación Motecta festorum et dominicarum..., vio la luz también en Salamanca en el mismo año de 1068 y fue muy difundida por las principales capillas catedralicias de la época, aunque en la actualidad sólo hayan llegado hasta nosotros ediciones originales conservadas en las catedrales de Coria, Badajoz y algunos motetes manuscritos en las de Plasencia (sesenta y dos). En otros centros se halla también esta misma edición original, en la catedral de El Burgo de Osma y Biblioteca de la Hispanic Society of America en Nueva York, así como diez motetes manuscritos que se conservan en catedral de Oviedo. La ubicación de esta edición en la catedral de Coria era una circunstancia desconocida hasta hace poco tiempo. En el año 1996 facilitamos noticias sobre esta edición a Antonio Ezquerro, quien lo publicó en la memoria de actividades del RISM- España[2] y en la comunicación que presentamos un año más tarde, en 1997, en el IV Congreso de Musicología celebrado en Madrid[3]. Debemos citar finalmente a  Mª del Pilar Barrios en cuya  tesis doctoral sobre la música en la catedral de Coria se da también cuenta de este hallazgo[4].

En el volumen más completo, precisamente el de esta catedral de Coria, se conservan los setenta y dos motetes de la edición original, aunque carece de las páginas iniciales, las correspondientes a los textos de portada, dedicatoria, índice, etc., y algunos fragmentos de  música. Se halla reencuadernado en madera sobre cuero con adornos en los frentes y en los extremos y cierres. Las pastas miden 55 x 38 cm. y los folios 51 x 36 cm. La reencuadernación ha provocado que en algunos casos no se llegue a leer la cabecera, donde figuran la festividad a la que está destinada cada motete, el nombre del autor en latín, Ioannis Esquivel, y el número de página. Hace muy poco tiempo el citado volumen ha sido restaurado y en la actualidad se halla expuesto en el museo de la catedral. 

Por su parte, en la edición que se halla en la catedral pacense nos encontramos con más lagunas, ya que se han perdido algunas páginas iniciales y finales de música: así pues, entre las primeras no figuran ni el motete canónico Ave Maria ni el comienzo de Salva nos, mientras que en las segundas falta el final del motete In paradisum. Contiene, por tanto, 69 motetes completos.

En el libro de facistol número 64 de la catedral de Plasencia se hallan manuscritos sesenta y dos motetes del mirobrigense. Con toda seguridad, se trata de una copia obtenida a partir de una edición original que debió de existir en el archivos de la citada catedral y es más que probable que, por su frecuente uso y consiguiente deterioro, el cabildo de la catedral placentina acordara realizar una copia manuscrita para continuar interpretando la música de Esquivel. Llama la atención la fecha de copia, 1776, lo que prueba la importante presencia de la polifonía clásica en nuestras catedrales hasta finales del siglo XVIII e incluso, comienzos del XIX. El ya citado Samuel Rubio, nos proporciona los datos más relevantes de la copia en cuestión: “Manuscrito en papel, partitura de atril, 10 pentagramas por página, 128 fols. numerados con molde, de 55 x 37, 5 cm. Copiado en el año 1776. Los fols. 22 y 23 son de mano posterior, copiados, sin duda para sustituir a los primitivos, deteriorados o perdidos. Comienza la música en el fol. 1, numerado a la vuelta; en un folio anterior al 1, y exento de toda numeración, se lee el índice con el encabezamiento siguiente: Modula- | tionum index Sanctorum tam communium quam proprio- |  rum, inclusis etiam do- | minicis Adventus, ac | Quadragesimae. [...] Encuadernación: pastas de madera forradas de piel, reforzados sus bordes exteriores con cintas de hojalata. En el lomo lleva dos números: uno hecho con pintura, que estando el manuscrito derecho se lee 98, y al revés 86, y otro, hecho con molde, sobre papel, 68. […] Este manuscrito está copiado con molde y con perfección admirable; la mayoría de las letras iniciales van encerradas en hermosas filigranas, hechas unas veces con molde y otras a mano. Se conserva en buen estado.

Todas las obras que se contienen en este manuscrito, a excepción de los núms. 5 y 19, son de JUAN ESQUIVEL DE BARAHONA”[5].

 Una tercera edición con más de seiscientas páginas fue impresa en la ciudad del Tormes años más tarde, en 1613. Tal publicación contenía Salmos, Himnos, versiones del Magnificat, Antífonas de Beatae Virginis, cinco motetes, siete misas y un pequeño Oficio de Difuntos. El único ejemplar completo de esta edición que se conserva se halla en la Iglesia de Santa María en Ronda (Málaga), mientras que la catedral de Coria sólo posee algunos fragmentos de esta gran edición (los himnos, algunas versiones del Magnificat, las antífonas y los cinco motetes). En lo que respecta al ejemplar de la catedral cauriense, debemos señalar que lleva guarniciones en piel y sus medidas son de 54 x 38 cm y que se mantiene en un aceptable grado de conservación. Por nuestra parte, también dimos cuenta de su existencia en la comunicación ya citada del IV Congreso de Musicología de Madrid, dando a conocer por primera vez los contenidos del mismo y su similitud con el ejemplar de Ronda.

Desgraciadamente la última publicación del mirobrigense, correspondiente al año 1623, no ha sido hallada, aunque sabemos que contenía “canciones para ministriles, fabordones, himnos y motetes”.

Un análisis de su producción musical nos revela a un Esquivel conocedor de las principales técnicas compositivas, desde las más tradicionales a las más innovadoras. Entre las primeras tenemos el uso habitual del contrapunto, la utilización de la modalidad como base para las composiciones, el empleo de cláusulas como elemento articulador entre secciones y las habituales disonancias preparadas. Por otra parte, el mirobrigense conoce y utiliza el doble coro, hace uso de la técnica del cantus firmus, aunque desde un punto de vista erudito, más bien como un mero alarde técnico, establece el modo de la obra casi desde el comienzo de la misma y se muestra muy acertado en ciertos recursos expresivos: homofonía, disonancias no preparadas, pausas expresivas, etc. Además, debemos señalar cómo, según demuestra la documentación de la época, estas composiciones de canto de órgano (la música vocal polifónica) estaban acompañadas habitualmente por un grupo de ministriles, cuya función no sólo era la de doblar las voces o sustituirlas, sino también interpretar esta música prescindiendo incluso de la capilla vocal.

Precisamente el corpus de motetes que forma la edición de 1608 es el que ha servido de base para nuestra tesis doctoral titulada “La polifonía de Juan Esquivel de Barahona: Motecta festorum et dominicarum cum communi sanctorum 4, 5, 6, et 8 vocibus concinanda”, y que será defendida próximamente en la Universidad de Salamanca. Además, en este año 2002 el Coro de la Universidad de Extremadura, acompañado por “Ministriles de Marsias”, ha realizado en diversas catedrales varios conciertos monográficos con la obra de este compositor: Badajoz, Plasencia y Salamanca, y permanece a la espera de interpretar otros en las de Coria y Ciudad Rodrigo. Es una muestra de lo que desde nuestra propia comunidad y, en concreto, desde la Universidad de Extremadura se puede realizar en beneficio del patrimonio musical extremeño: catalogación, estudio y análisis, e incluso, interpretación de nuestra música. Una tarea que – esperamos- siga dando sus frutos hasta la total recuperación y valoración del importantísimo legado artístico que poseen las catedrales extremeñas.


[1] RUBIO, S. El archivo musical de la catedral de Plasencia, en Anuario Musical, Vol. V, Barcelona,  1950, págs. 147-168.

[2] EZQUERRO, A.: El archivo musical de la catedral de Coria, Memoria de las actividades de RISM-España, en “Anuario Musical”,  nº 51, 1996, p. 260.

[3] RODILLA LEÓN, F. J.: La obra de Juan Esquivel de Barahona. Estado de la cuestión. Comunicación presentada en  el “IV Congreso de la Sociedad Española de Musicología”, bajo el epígrafe La investigación musical en España: estado de la cuestión y aportaciones, Madrid, 1997.

[4] BARRIOS MANZANO; Mª del P.: La música en la catedral de Coria (Cáceres) (1590-1755), Universidad de Extremadura, Cáceres, 1999, p. 127.

[5]RUBIO, S.: Opus cit., p. 149.