Autor: José María Corrales Vázquez
1.- Geografía
En la zona centro cacereña encontramos desde el punto de vista ecológico un conjunto de áreas que forman una unidad debido a sus características topográficas, geológicas, climáticas e hidrográficas, y se conocen con el nombre de Llanos de Cáceres.
1.1.- Topografía y relieve
La superficie comprendida entre la Sierra principal de San Pedro y el río Salor hasta su confluencia con el Tajo, ofrece una topografía de formas aplanadas bien conservadas a pesar del encajamiento de la red fluvial.
Se trata de la Penillanura Cacereña, cuya superficie de erosión general se emplaza en torno a los 400 m. de altura, compartimentada por valles estrechos y profundos de la margen izquierda del Tajo.
Sus materiales son pizarras y grauwacas precámbricas así como los granitos emplazados a lo largo del Anticlionorio de Cáceres “batolito de Araya”. A pesar de esta variedad litológica, las formas del relieve son de gran monotonía ya que los procesos erosivos se han producido con efectividad durante más de trescientos millones de años.
Morfológicamente se caracteriza por una gran monotonía topográfica, a pesar de las diferencias litológicas. El intenso arrasamiento general que ha sufrido la zona desde el Paleozoico, explica el predominio de las formas peniaplanadas, aún siendo diversos los materiales componentes. Se establece así un nivel de isoaltitud entorno a los 400 mts. Las cotas más bajas están ligadas a la erosión fluvial actual, que modela el paisaje con formas cóncavas amplias, alternantes con niveles de penillanura bien conservada. Estas observaciones están detalladas en el estudio de la profesora Gómez Amelia, “La penillanura Cacereña” (1985).
A pesar del arrasamiento general, el granito, más resistente a la erosión, destaca suavemente sobre la penillanura pizarrosa, conservando mejor el nivel de los 400 mts de la antigua penillanura, ahora totalmente degradada.
El sistema de fracturas determina, en la mayoría de los casos, el encajamiento y la dirección de la red hidrográfica, y se constituye como líneas de debilidad, que contribuyen a la destrucción de los niveles planos
Esta unidad ha sido sometida a un proceso continuo de destrucción, en el que intervienen tanto la actividad humana (ganadería, deforestación, etc.…), como las variaciones climatológicas, caracterizadas por prolongadas sequías y ocasionales lluvias torrenciales que impiden un desarrollo edafológico.
1.2.- Características climatológicas
Los Llanos de Cáceres forman parte de la penillanura cacereña con una isoaltitud entre 340 y 400 m. Se rompe esta monotonía con la subunidad que establecen los riberos del Tajo.
En general al espacio estudiado le corresponde un régimen térmico de veranos calurosos y largos, e inviernos no muy rigurosos. Dentro de la comarca las temperaturas aumentan de Este a Oeste y de Sur a Norte.
Denominación | Altitud | Temperatura | Precept. (mm) |
Cáceres | 497 | 16 | 481.6 |
Dentro del funcionamiento de la Circulación General Atmosférica este espacio se ve afectado por dos situaciones distintas:
Influencia de los vientos del Oeste, que debido a la incurvación del frente polar, proporcionan precipitaciones durante los meses invernales, finales de otoño y principios de primavera.
Las masas de carácter templado, de índole subtropical, que afectan al periodo estival y a parte de los periodos equinocciales. Los efectos del anticiclón de Azores producen durante gran parte del año cielos despejados.
Sin duda esta segunda situación es la que prima, teniendo en cuenta que más de 290 días al año están despejados.
1.2.1.- Temperaturas
La isoterma anual presenta una gradación ascendente de Este a Oeste, que va desde 14º C hasta los 16º C.
En la distribución comarcal de las temperaturas medias no se aprecian notables diferencias dado que este área es bastante homogénea en lo que a insolación y a altitud se refiere.
La distribución mensual de éstas no presenta características anormales al compararlas con la media anual, dado que existen 6 meses por debajo de estas medias que van desde Noviembre a Abril y el resto que se encuentra por encima. Derivado del análisis de las temperaturas medias mínimas podemos apreciar que las temperaturas extremas no son excesivamente rigurosas, el mes más frío, Enero, no baja de 2,7º C.
MESES | Temperatura media mínima | Temperatura media máxima | Temperatura media mensual |
Enero | 2.7 | 12.5 | 7.6 |
Febrero | 4.2 | 15.2 | 9.6 |
Marzo | 5.3 | 18.9 | 12.1 |
Abril | 7.1 | 22.0 | 14.3 |
Mayo | 9.8 | 25.6 | 17.8 |
Junio | 14.2 | 33.4 | 23.1 |
Julio | 18.1 | 37.2 | 27.6 |
Agosto | 17.9 | 36.9 | 27.6 |
Septiembre | 15.5 | 32.4 | 11.1 |
Octubre | 11.1 | 24.7 | 17.9 |
Noviembre | 6.4 | 16.7 | 11.6 |
Diciembre | 3.2 | 12.7 | 7.6 |
ANUAL | 9.6 | 24 | 16.6 |
En lo referente a temperaturas medias máximas tenemos ocho meses con valores superiores a 20º C, lo que pone de manifiesto la bonanza climática de la zona. Se registran máximos en Cáceres con 32,7º C.
El estudio del periodo libre de heladas es de gran interés, dado que las heladas constituyen un obstáculo para el perfecto desarrollo del ciclo vegetativo de las plantas. Teniendo en cuenta que según diferentes autores los meses con temperaturas medias mínimas inferiores a 7º C son meses de heladas seguras, consideramos que para la comarca de Noviembre a Abril estarían dentro del período de heladas seguras y Mayo dentro del período de heladas probables. Se establece de este modo una importante limitación para determinados cultivos.
Estacionalmente son pocos los cambios que se pueden registrar en relación a la distribución general de las temperaturas. Las máximas diferencias se registran entre la primavera y el verano, que pasa de 14,7 a 22,4º C. Entre otoño e invierno son de 17,8 a 8,2º C.
1.2.2.- Precipitaciones
La media zonal se sitúa en los 500 mm, un factor que incide en las precipitaciones es la posición occidental de parte de la zona afectada.
La influencia de los vientos oceánicos es mayor a medida que nos acercamos al Oeste, las lluvias que se reciben en la zona se deben a la llegada de vientos del Suroeste.
La cercanía relativa del Atlántico permiten que la comarca recoja una media alrededor de 500 mm. anuales.
Teniendo en cuenta la isoaltitud de este espacio, a excepción de pequeñas depresiones de los riberos y de la inexistencia de barreras orográficas importantes, hace que no se generen variaciones significativas en la distribución de las precipitaciones.
En los meses invernales, parte del otoño y primavera se ven afectados por el paso de sistemas frontales procedentes del Atlántico. Los meses de verano, final de primavera y principios de otoño, el anticiclón de Azores y los tipos de tiempo subtropicales son los que imponen los cielos despejados solo perturbados por ocasionales formaciones tormentosas a las que contribuyen la inclusión de la comarca dentro de la cuenca del Tajo.
La distribución estacional de las precipitaciones se convierte en un aclarativo índice para comprender cómo afecta al desarrollo de la vida agrícola.
Las lluvias recogidas en los meses invernales superan al resto de las estaciones, lo que significa que el máximo pluviométrico no coincide con el de las temperaturas.
El invierno junto con el otoño son las dos estaciones que juegan un papel primordial en la afluencia de precipitaciones. Sin embargo, las lluvias se registran principalmente desde Noviembre hasta Febrero, periodo que tiene heladas seguras. Por tanto, los máximos pluviométricos van a coincidir con la paralización del periodo vegetativo.
Municipios | Invierno | Primavera | Verano | Otoño |
Cáceres | 187.1 | 110.1 | 40.6 | 141.7 |
Brozas | 192.1 | 107.2 | 35.9 | 153.5 |
La primavera, estación de máxima actividad vegetal, tiene una media de 136 mm. registrándose principalmente en Marzo. El mes de Mayo recoge alrededor de 30 mm., lo que se considera mes seco, esto supone un hándicap importante para la agricultura por la falta de aporte hídrico en el periodo de máxima necesidad.
El verano es, en cuanto a la pluviometría, la estación más larga, prolongándose desde Mayo a Septiembre. Los 44 mm. de media comarcal indica una escasez de precipitaciones que acompañadas por unas temperaturas elevadas deterioran y consumen gran parte de la reserva hídrica acumulada en meses anteriores. Este hecho se manifiesta como un grave problema ecológico y agrológico.
Las precipitaciones máximas mensuales registradas se producen en Enero y Febrero. El resto de los meses recogen entre 40 y 50 mm. Los mínimos se producen desde Mayo hasta Septiembre con una media de 30 mm. excepto Julio y Agosto con 4 y 6,8 mm respectivamente.
En cuanto al resto de los meteoros es poco importante su efecto. La nieve y el granizo se precipitan muy de tarde en tarde, lo que no varía significativamente el volumen final de precipitaciones registradas.
La irregularidad en las precipitaciones es un hecho que se constata con frecuencia en este espacio. Por tanto, la sequía como tal es difícil de cuantificar, sobre todo en sus efectos socioeconómicos, lo que mediatiza en gran medida el desarrollo de las actividades agropecuarias. Es un fenómeno de larga duración que además se puede preveer.
La irregularidad en las precipitaciones es un hecho que se constata con frecuencia en este espacio. Por tanto, la sequía como tal es difícil de cuantificar, sobre todo en sus efectos socioeconómicos, lo que mediatiza en gran medida el desarrollo de las actividades agropecuarias. Es un fenómeno de larga duración que además se puede prever.
Erosión y perdida de suelos.
- Desertización.
- Destrucción de los enclaves de interés faunístico.
- Efectos sobre la vegetación natural.
En un medio tan frágil, con periodos de sequía en torno a los tres años y con pérdidas de más de la mitad de las precipitaciones medias, los efectos pueden resultar devastadores, sobre todo cuando no existe ninguna medida de prevención.
En Octubre las precipitaciones sólo cubren el uno por ciento de la reserva, en Noviembre el treinta y siete por ciento. Ambos meses arrastran la falta de agua acumulada durante el verano.
Desde Diciembre a Abril la reserva alcanza el cien por cien y contamos con un excedente de agua que se pierde en escorrentía.
Por último decir que el balance hídrico pone de manifiesto el desfase entre: la máxima disponibilidad de agua en el invierno, que va a coincidir con el período de menor actividad agrológica y viceversa.
A todo esto hay que sumar las características físicas y químicas del suelo que se comportan como condicionantes: pendiente, textura, cubierta vegetal, etc.…
2.- Geología
Los materiales rocosos que ocupan el área de estudio están situados en la zona Centroibérica del Macizo Hespérico, siendo la depresión del Guadiana el límite Sur de dicha área y los afloramientos graníticos del Araya y de la Sierra de Montánchez los límites nororientales, quedando por su parte occidental confinada por la frontera con Portugal.
Desde el punto de vista estructural, pertenece a la megaloestructura del Gran Anticlinorio Centro-Extremeño.
La mayor parte de los terrenos Centroibéricos de la Alta Extremadura entran en el dominio del Precámbrico y del Paleozoico Inferior, esencialmente se trata de pizarras, grauwacas y cuarcitas entre las que se localizan importantes macizos de rocas graníticas. Corresponden estos materiales a un país muy evolucionado morfológica y estructuralmente, en el cual el basamento paleozoico-precámbrico, recubierto en extensas zonas deprimidas por materiales terciarios, aflora constituyendo amplias penillanuras resultado del arrasamiento generalizado producido por los agentes erosivos desde que esta región emergió totalmente a consecuencia de los plegamientos producidos por la orogenia Hercínica.
En el análisis de la unidad Precámbrica se distinguen dos subunidades: Inferior y Superior. La Subunidad Basal o Complejo Esquisto-Grawáquico, caracterizada por su monotonía y extensión, con un espesor superior a los 2.000 mts, está formada por una alternancía de pizarras arcillosas con laminaciones muy estrechas y grauwacas de grano fino. En el techo de la formación se encuentran, a unos niveles de hasta 5 metros de espesor, conglomerados de cantos de hasta 7 cm de cuarzo, cuarcita o pizarra. La edad de esta formación es Rifeense superior-Vendiense inferior.
La Subunidad Superior se encuentra sólamente en algunas zonas al Este de la Provincia (Villuercas y Montes de Toledo) y es mucho menos extensa que la anterior pero mucho más variada. Está formada por pizarras con intercalaciones de areniscas, calizas, localmente muy magnesianas, y conglomerados. Representan una sedimentación de plataforma somera y la edad de esta formación es Vendiense superior a Ordovícico.
La unidad Paleozoica es mucho menos extensa que la anterior pero mucho más variada desde el punto de vista estratigráfico. En ella están representados materiales desde el Ordovícico hasta el Carbonífero. Se encuentra formando estructuras sinclinoriales largas y estrechas con dirección predominante NW-SE. Atraviesan la provincia rompiendo la monotonía de la unidad Precámbrica. Los materiales que destacan son pizarras muy coloreadas amarillentas o rojizas alternando hacia el techo con arenisca, cuarcitas e incluso calizas. Pueden llegar a tener 300 mts de espesor.
2.1.- Estratigrafía
Las formaciones geológicas que aparecen en el área estudiada están formadas fundamentalmente por materiales anteordovícicos Cámbricos y Precámbricos, en concordancia y sin criterios paleotológicos suficientes para distinguir claramente la presencia de Cámbricos.
Estos materiales anteordovícicos constituyen el llamado Complejo Esquisto-Grauwáquico, cuya edad ha sido atribuida al Precámbrico superior.
La mayoría de los autores que han trabajado en la región lo subdividen en dos grandes conjuntos:
- El Inferior, de carácter turbidítico, constituido esencialmente por una monótona sucesión de grauwacas y pizarras.
- El Superior, más heterogéneo, formado por pizarras, areniscas, cuarcitas, conglomerados y lentejones algo calcáreos.
2.2.- Historia geológica
Durante el Precámbrico Superior tiene lugar la deposición de una potente serie detrítica con algunas intercalaciones volcánicas en un ambiente marino de talud continental. Esta serie correspondería al denominado Complejo Esquisto-Grauwáquico.
A partir del Ordovícico Inferior, se instalan unas condiciones de ambiente marino que van a sufrir pocas variaciones durante todo el Ordovícico, depositándose inicialmente cuarcitas, areniscas y pizarras arenosas discordantes sobre el C.X.G., que indican aguas poco profundas como lo prueba el hecho de encontrarse en estas rocas abundantes huellas de reptación (crucianas) y perforantes (scolitus) de gusanos arenícolas.
Durante el Silúrico se mantiene sin variaciones apreciables este ambiente de sedimentación marina. Únicamente se observa un aumento en la profundidad de la cuenca, donde se depositan pizarras ampelíticas con fauna de graptolites.
La serie termina en el Devónico-Carbonífero en facies detrítico-carbonatadas. Esta serie está principalmente representada al Sur (Sierra de San Pedro) y en el Sinclinorio de Cáceres, que emerge en el centro de la zona estudiada a modo de “Monte-Isla”. Parcialmente está representada al norte y Este (Sinclinorio de Cañaveral-Río Tajo y Villuercas).
Todos los materiales paleozoicos y precámbricos serán deformados por la Orogenia Hercínica, que en sucesivas etapas produce micro y macroestructuras, así como fracturas paralelas y oblicuas a ellas. Al mismo tiempo y durante las deformaciones más intensas, se produce un metamorfismo regional de bajo grado. Posteriormente, tiene lugar la intrusión del batolito Valencia de Alcántara-Alburquerque, así como el de Cabeza Araya, los cuales desarrollan una aureola de metamorfismo de contacto que origina corneanas y pizarras mosqueadas en unos kilómetros.
La Orogenia Hercínica culmina con la aparición de dos sistemas de fracturas simultáneas a las intrusiones graníticas. Se desconoce la edad de las diabasas que los intruyen, aunque sin duda son tardihercínicas ya que no están deformadas por esta orogenia. Entre este juego de fracturas merece citarse la de Plasencia-Alentejo, falla transformante NE-SW, de gran magnitud, que divide a la región en dos partes.
2.3.- Geomorfología
A partir del Carbonífero Inferior, e incluso antes, el área se encuentra emergida, por lo que la posible sedimentación ulterior, en cuencas continentales, será desmantelada por la erosión subsecuente, que alcanza hasta el Pliocuaternario, dando lugar a la formación de la Penillanura Cacereña, así como a la sedimentación de los depósitos de las Rañas, que posteriormente serán desmantelados a la vez que se encaja la red hidrográfica actual.
Consecuencia de esta intensa erosión es, también, la inversión de relieves que se observa.
La Orogenia Alpina afectó a esta región cuando se encontraba ya totalmente cratonizada produciendo desniveles en la penillanura fundamental mesozoica, con levantamiento y hundimiento de bloques que condujeron a la formación de macizos tectónicos elevados (horns: Sistema Central y Sierra de San Pedro), con alturas superiores a los 600 m., y depresiones (graben: Tajo y Guadiana) en las que se acumularon los sedimentos terciarios. Esta orogenia produjo sin duda el basculamento del bloque de San Pedro hacia la depresión tectónica del Guadiana, al mismo tiempo que se originó el desnivel entre la sierra externa y la penillanura cacereña, escalón perfectamente marcado en la topografía.
Nos encontramos pues, en presencia de una penillanura desnivelada por una tectónica de bloques, en la que los desniveles originados no han sido tan evidentes como la conservación de los aplanamientos. El encajamiento de la red fluvial cuaternaria no ha hecho más que resaltar este carácter de tectonización reciente de la penillanura, en la que pueden delimitarse una serie de bloques que se han movido con independencia entre sí.
En resumen, los relieves residuales que observamos en la actualidad en la zona de estudio presentan una componente tectónica alpina y reciente que ha influido decisivamente en la medida del desnivel que tienen respecto de la penillanura general, y una componente erosiva que ha permitido además de la peneplanización de la zona de estudio, destacar los relieves más duros (cuarcíticos) originando un paisaje de tipo apalachense.
La esquistosidad subvertical de C.X.G., ha dado lugar a un modelado erosivo muy característico que HERNÁNDEZ PACHECO denominó “dientes de perro”. Finalmente, las áreas de dominio granítico se caracterizan por el típico berrocal de “canchos” aborregados.
3.- Clima
4.- Flora y fauna
4.1.- Comunidad ornítica
Al hablar de la caracterización faunística de la zona de los llanos conviene hacer una primera apreciación o referencia y es que la mayor parte de los datos existentes hacen referencia a la comunidad ornítica, ya que sobre otros grupos apenas existen datos. Con respecto a los mamíferos sólo existen algunos datos, generalmente referidos a especies cinegéticas.
Con anfibios, reptiles y peces nos encontramos con el mismo problema. Por ello, haremos especial mención a las aves, que es el grupo mejor conocido, y de ellas a algunas especies a cerca de las cuales en los últimos años hemos venido tomando datos por su especial significación. Estas especies son:
- Avutarda (Otis tarda)
Se ha realizado la cartografía de su distribución en la Penillanura cacereña, determinándose las existencias de la especie a lo largo del año, VIII-XII 1993. Los resultados estadísticos de los conteos mensuales se reflejan en la siguiente tabla.
Agosto | Septiembre | Octubre | Noviembre | Diciembre | |
TOTAL INDIVIDUOS | 694 | 881 | 1161 | 1333 | 1502 |
Bandos | 203 | 281 | 134 | 133 | 129 |
Tamaño medio de bandos | 3.4 | 3.1 | 8.7 | 10.0 | 11.6 |
Indeterminados | 88 | 100 | 368 | 262 | 261 |
% indet. | 12.7 | 11.4 | 31.7 | 19.7 | 17.4 |
Pollos macho | 39 | 64 | 41 | 26 | 17 |
Sex ratio pollos | 1.03 | 1.11 | 0.34 | 0.27 | 0.06 |
Pollos hembra | 40 | 71 | 14 | 7 | 1 |
Pollos | 79 | 135 | 55 | 33 | 18 |
Pollos/10 hembras | 1.92 | 2.58 | 0.89 | 0.42 | 0.21 |
Tamaño medio familias | 1.4 | 1.3 | 1.2 | 1.0 | 1.0 |
Hembras | 412 | 524 | 616 | 784 | 878 |
Sex ratio «no-pollos» | 3.6 | 4.3 | 5.0 | 3.1 | 2.5 |
Machos | 115 | 122 | 122 | 254 | 345 |
Machos solitarios | 9 | 17 | 2 | 4 | 3 |
Machos en grupos | 80 | 84 | 92 | 232 | 296 |
Grupos con machos | 26 | 21 | 28 | 18 | 46 |
Los efectivos experimentan un constante aumento desde el primer conteo. Este incremento corresponde al regreso de los machos de áreas fuera de la penillanura cacereña (?), la mayor detectabilidad de los individuos, la concentración en bandos de mayor tamaño y la afluencia de individuos de otras zonas durante los meses de otoño-invierno.
- Sisón (tetrax tetrax)
Todas las zonas con avutardas también albergan al Sisón, aunque las máximas querencias de las avutardas no coinciden con las de Sisón. La zona de AYUELA muestra una alta cantidad de cuadrículas ocupadas por esta especie, y en lo que a las cantidades de individuos se refiere también se nota esta diferencia. Destaca la observación de un bando de 2597 sisones en esta zona en el mes de diciembre.
ZONAS | N.º |
Brozas | 14 |
Arroyo de la Luz | 205 |
Ayuela | 2672 |
Las Nateras | 59 |
Matamoros | 86 |
Sierra de Fuentes Norte | 212 |
Sierra de Fuentes Sur | 275 |
Total | 3523 |
- Ortega (Pterocles orientalis)
De las dos especies de los Pteroclidae aquí solo incluimos los datos sobre la Ortega. Las mayores densidades de ortegas se detectan en las zonas de AYUELA y SIERRA DE FUENTES SUR. Se han observado agrupaciones de hasta 86 individuos en un comedero de esta última zona.
- Alcaraván (Burhinus oedicnemus)
Se han realizado muy pocas observaciones de esta especie entre los meses de agosto y diciembre de 1993 ya que entre octubre y febrero (ambos incluidos) suele estar fuera de las zonas abiertas estudiadas.
4.2.- Aves acuáticas
En los estudios llevados a cabo en el año 1993 en varias charcas enclavadas en los “Llanos de Cáceres” LOZANO, S. (1993) se controlaron una serie de especies habitualmente ligadas a las zonas húmedas. Para algunas de estas especies se realizaron estudios detallados.
La siguiente tabla refleja el estatus de las especies observadas. En total se visualizaron 71 especies. Las especies que se presentan en paso son 66, de las cuales 51 aparecen en cantidades abundantes o moderadas, 15 en pequeña cantidad, y 5 accidentalmente. Durante la invernada en el área controlada se observaron 43 especies: 6 de ellas alcanzaban solo números escasos, a una hay que calificarla como accidental, y sobre tres no hemos podido reunir información suficiente para establecer su estatus definitivo. 24 especies se calificaron como reproductoras.
Dos de ellas se observaron en pequeñas cantidades, y para seis no se ha definido definitivamente su estatus.
Por último, cabe reseñar, que existen especies cuya presencia en los Llanos de Cáceres resulta probable (Ardea purpurea, Haematopus ostralegus, etc.) por haberse detectado en otras zonas a aproximadamente 100 km de distancia.
Tabla:
Aves “acuáticas” en charcas enclavadas en las zonas del área de estudio “Llanos de Cáceres”.
Códigos:
P – paso abundante o moderado; p – paso en pequeña cantidad; R – reproductor ; r -reproductor escaso; I – invernante; i – invernante escaso; A – accidental; ? – información insuficiente.
Nombre científico | Nombre común | Paso | Invernate | Reproducción |
ORDEN PEDIFORMES | ||||
Familia Podicipedidae | ||||
Podiceps ruffucollis | Zampullín chico | P | I | R |
Podiceps cristatus | Somormujo lavanco | P | I | R |
Podiceps nigricollis | Zamullín cuellinegro | p | ||
ORDEN PELECANIFORMES | ||||
Familia Phalacrocoracidae | ||||
Phalacrocorax carbo | Cormorán grande | P | I | |
ORDEN CICONIFIRMES | ||||
Familia Ardeidae | ||||
Nycticorax nycticorax | Martinete | P | ? | |
Bulucus ibis | Garcilla bueyera | P | I | R |
Egretta garzetta | Garceta común | P | I | R |
Ardea cinerea | Garza real | P | I | R |
Familia Ciconidae | ||||
Ciconia nigra | Cigüeña negra | P | R | |
Ciconia ciconia | Cigüeña blanca | P | i | R |
Familia Threskiornithidae | ||||
Plegadis falcinellus | Morito | p | ||
Platalea pleucorodia | Espátula | p | ||
ORDEN ANSERIFORMES | ||||
Familia Anatidae | ||||
Anser anser | Ánsar común | P | I | |
Branta bernicla | Barnacla carinegra | A | ||
Tadorna tadorna | Tarro blanco | p | ? | |
Anas penelope | Ánade silbón | P | I | |
Anas strepera | Ánade friso | P | I | r |
Anas crecca | Cerceta común | P | I | |
Anas platyrhynchos | Ánade real | P | I | R |
Anas acuta | Ánade rabudo | P | I | |
Anas querquedula | Cerceta carretona | P | ||
Anas clypeata | Pato cuchara | P | I | |
Netta rufina | Pato colorado | p | ? | |
Aythya ferina | Porrón común | P | I | r |
Aythya fuligula | Porrón moñudo | P | I | ? |
Aythya marila | Porrón bastardo | A | ||
ORDEN GRUIFORMES | ||||
Familia Rallidae | ||||
Rallus aquaticus | Rascón | p | ? | ? |
Gallinula chloropus | Polla de agua | P | I | R |
Fulica atra | Focha común | P | I | R |
Familia Gruidae | ||||
Grulla | P | I | ||
ORDEN CHARADRIIFORMES | ||||
Familia Recurvirostridae | ||||
Recurvirostra avosetta | Avoceta | P | I | R |
Himanatopus himantopus | Cigüeñuela | P | i | |
Familia Burhinidae | ||||
Burhinus oedicnemus | Alcaraván | P | I | R |
Familia Glareolidae | ||||
Glareola pratincola | Canastrera | P | R | |
Familia Charadriidae | ||||
Charadrius dubius | Chorlitejo Chico | P | i | R |
Charadrius hiaticulata | Chorlitejo grande | P | ||
Charadrius alexandrinus | Chorlitejo patinegro | P | A | |
Charadrius morinellus | Chorlitejo carambolo | p | ||
Pluvialis apricaria | Chorlito dorado | P | I | |
Pluvialis squatarola | Chorlito gris | P | ||
Vanellus vanellus | Avefría | P | I | ? |
Familia Scolopacidae | ||||
Calidris alba | Correlimos tridactilia | p | ||
Calidris minuta | Correlimos menudo | P | I | |
Calidris temminckii | Correlimos temminck | p | i | |
Calidris ferruginea | Correlimos zarapitin | P | ||
Calidris ferruginea | Correlimos oscuro | A | ||
Calidris alpina | Correlimos común | P | I | |
Philomachus minimus | Combatiente | P | I | |
Lymnocryptes minimus | Agachadiza chica | p | ||
Gallinago gallinago | Agachadiza común | P | I | |
Limosa limosa | Aguja colinegra | P | I | |
Limosa lapponica | Aguja colipinta | p | ||
Numenius phaeopus | Zarapito trinador | p | ||
Numenius arquata | Zarapito real | P | i | |
Tringa erythropus | Archibebe oscuro | P | I | |
Tringa totanus | Archibebe común | P | I | |
Tringa stagnatilis | Archibebe fino | A | ||
Tringa nebularia | Archibebe claro | P | I | |
Tringa ochropus | Andarrios grande | P | I | |
Tringa glareola | Andarrios bastardo | P | ||
Tringa hypoleucos | Andarrios chico | P | I | ? |
Arenaria interpres | Vuelvepiedras | p | ||
Familia Laridae | ||||
Larus ridibundus | Gaviota reidora | P | I | |
Larus fuscus | Gaviota sombria | P | I | |
Larus michahellis | Gaviota patiamarilla | p | ||
Familia Stenidae | ||||
Gelochelidon nilotica | Pagaza piconegra | p | ? | |
Sterna albifrons | Charrancito | P | R | |
Chlidonias hybridus | Fumarel cariblanco | P | R | |
Chlidonias niger | Fumarel común | P |
4.3.- Otros grupos faunísticos
No hemos realizado ningún listado o inventario de la fauna correspondiente a anfibios, reptiles y mamíferos del área por carecer de censos o estudios acerca de este área. La única referencia bibliográfica correspondiente a la zona de los Llanos conocida como “Cuatro Lugares” es la realizada por PULIDO, F. y FERNÁNDEZ, L. (1992). De acuerdo con este trabajo, hemos elaborado los listados que aparecen a continuación.
ANFIBIOS
A: Especie autóctona IE: Especie introducida
ORDEN CAUDATA | ||
Familia Salamandrinae | ||
Triturus boscai | Tritón ibérico | IE |
ORDEN ANURA | ||
Familia Discoglossidae | ||
Alytes cisternassi | Sapo partero ibérico | IE |
Alytes obstetricans | Sapo partero común | |
Discoglossus pictus | Sapillo pintojo | IE |
Familia Pelobatidae | ||
Pelobates cultripes | Sapo de espuelas | IE |
Pelodytes punctatus | Sapillo moteado | IE |
Familia bufonidae | ||
Bufo bufo | Sapo escuerzo | A |
Bufo calamita | Sapo corredor | IE |
Familia Hylidae | ||
Hyla arborea | Ranita de San Antón | IE |
Hyla meridionalis | Ranita meridional | IE |
Familia Ranidae | ||
Rana perezi | Rana común | IE |
REPTILES
A: Amenazado en Extremadura IE: De interés especial
ORDEN SAURIA | ||
Familia Gekkonidae | ||
Tarentola mauritanica | Salamanquesa común | IE |
Familia Amnisbaenidae | ||
Blanus cinerus | Culebrilla ciega | IE |
Familia Lacertidae | ||
Acanthodactylus erythrurus | Lagartija colirroja | IE |
Podarcis hispanica | Lagartija ibérica | IE |
Psammodromus algirus | Lagartija colilarga | IE |
Psammodromus hispanicus | Lagartija escamosa | |
ORDEN OPHIDIA | ||
Familia Culubridae | ||
Coluber hippocrepis | Culebra de herradura | IE |
Coronella austriaca | Culebra lisa norteña | |
Coronella gricondica | Culebra lisa meridional | IE |
Elaphe scalaris | Culebra de escalera | IE |
Macroprotodon cucullatus | Culebra de cogulla | IE |
Malpolon monspessulanus | culebra bastarda | |
Natrix maura | Culebra viperina | IE |
Natrix natrix | Culebra de collar | IE |
MAMÍFEROS
A: Amenazada IE: De interés especial
ORDEN INSECTIVORA | ||
Familia Erinaceidae | ||
Erinaceus europaeus | Erizo | A |
Familia Talpidae | ||
Talpa caeca | Topo | |
Familia Soricidae | ||
Crocidura russula | Musaraña casera | A |
Suncus etruscus | Musarañita | A |
ORDEN CARNIVORA | ||
Familia Canidae | ||
Vulpes vulpes | Zorro | |
Familia Mustelidae | ||
Meles meles | Tejón | A |
Lutra lutra | Nutria | IE |
Martes foina | Garduña | A |
Mustela nivalis | Comadreja | A |
Putorius putorius | Turon | A |
Familia Viverridae | ||
Genetta genetta | Gineta | A |
Familia felidae | ||
Felis sylvestris | Gato montés | IE |
ORDEN RODENTIA | ||
Familia Microtidae | ||
Arvicola sapidus | Rata de agua | A |
Pitymys duodecimcostatus | Topillo común | |
Familia Muridae | ||
Apodemus sylvaticus | Ratón campestre | |
Rattus rattus | Rata chica o campestre | |
Rattus norvegicus | Rata grande o común | |
Mus musculus | Ratón casero | |
ORDEN LAGOMORFA | ||
Familia Leporidae | ||
Lepus capensis | Liebre | |
Oryctolagus cuniculus | Conejo | |
ORDEN ARTIODACTYLA | ||
Familia Suidae | ||
Sus scrofa | Jabalí | |
Familia Cervidae | ||
Cervus elaphus | Ciervo |
4.4.- Vegetación
En consonancia con las características climáticas y edafológicas reseñadas, la flora y vegetación de las llanuras y pseudoestepas muestran una serie de características fisiológicas y unos ciclos de actividad característicos aunque en cierta medida con las principales estrategias adaptativas de los vegetales mediterráneos.
El que las llanuras no sean auténticas estepas hace que éstas no comportan alguno de los elementos florísticos presentes así como la no existencia de una endemicidad propia de zonas de estepa.
Estructuralmente las formaciones vegetales de estas zonas se caracterizan por la ausencia o rareza de los elementos arbóreos y el papel preponderante de los caméfitos y hemicriptofitos, es decir, las pequeñas matas leñosas o plantas cespitosas, más o menos rastreras.
Los llanos presentan paisajes abiertos en los que la vegetación no alcanza normalmente gran densidad, presentándose a veces situaciones que recuerdan en cierta medida la transición hacia los tipos de vegetación desérticos. Las especies vegetales se presentan bajo dos formas de distribución principalmente: esparcidos con objeto de disponer una mayor superficie o concentrados formando contagios en relación con enclaves microecológicamente favorables.
En las zonas de llanura encontramos algunos árboles acompañados con algunos Quercus esclerófilos como la coscoja (Q. coccífera), tarays (Tamarix) o algunos ejemplares introducidos como coníferas o especies ornamentales.
La homogeneidad y monotonía paisajística de los llanos enmascara a veces un complejo mosaico de comunidades vegetales que responde a pequeñas variaciones geomorfológicas o edáficas. Así es posible distinguir claramente de las zonas herbáceas con dominancia de gramíneas cespitosas y las zonas de caméfitos leñosos (“tomillares”). El primer tipo ocupa principalmente las zonas de acumulación de materiales finos, los depósitos limosos que rellenan fondos de valles y depresiones. También los sustratos arcillosos muy plásticos, que cambian notablemente de volumen con la humedad, son tolerados por las gramíneas cespitosas gracias a su sistema radicular fasciculado.
Los matorrales leñosos constituyen comunidades sobre todo en los sustratos rocosos. Sus raíces penetrantes logran profundizar, aprovechando grietas y fracturas, hasta los niveles que retienen humedad. Por ello aparece en aquellas zonas descarnadas donde aflora la roca madre, en situaciones subrupícolas, etc.
Otra característica de la vegetación de los llanos en relación con la diversidad es el relacionado con la estructura en mosaico imbricado en que se presentan las comunidades y las modificaciones paisajísticas que derivan de la fenología de las plantas. En este aspecto son especialmente notables las comunidades de terófitos. En la estación lluviosa pueden aparecer densas praderas de plantas anuales, efímeras, un período de sequía dilatado dificulta la germinación de muchas especies y provocar un aspecto desértico.
La vegetación de las llanuras se puede considerar resultado de un clima semiárido continental y una influencia humana que ha impedido el desarrollo de los encinares o que ha resultado de su eliminación. Las comunidades existentes se distribuyen en mosaicos adaptadas a la geomorfología del terreno, apareciendo así en las partes superiores de los cerros romerales y coscojas que dan paso a tomillares, matorrales nitrófilos, pastizales terofíticos y grandes cardos en suelos removidos, con lo que se llega al fondo del relieve.
Desde el punto de vista fitosociológico, la vegetación de los Llanos se enclava en los dominios de la Serie de la encina Luso-extremadurense (Pyro bourgaeanae‑Querceto rotundifoliae S.) , entrando en contacto con la serie del alcornoque (Sanguisorbo agrimonioidis-Querceto suberis S.) en las sierras de Cáceres capital, y las estribaciones de la cara norte de la Sierra de San Pedro, no considerándose esta serie como representativa de los Llanos.
Siguiendo la cartografía del estudio sobre «Distribución y Catalogación de los Espacios Naturales Vegetales en Extremadura», de LADERO, M. y PÉREZ‑CHISCANO, J.L. (1991), se distinguen las siguientes series:
Serie de encinares:
Serie mesomediterránea luso‑extremadurense silicícola de la encina. (Pyro bourgaeanae‑Querceto rotundifoliae S.)
La etapa madura corresponde a un encinar con piruétano (Pyrus bourgeana). Estas terminaciones ocupan la mayor extensión de la provincia Luso‑Extremadurense presentando gran variabilidad, por lo que se hace necesario la división de la serie en faciaciones.
En los Llanos de Cáceres encontramos tres de estas faciaciones que se describen a continuación:
Faciación típica: Se corresponde con un encinar que normalmente está acompañado por piruétanos (Pyrus bourgeana), retama (Retama sphaerocarpa), ahulaga (Genista hirsuta) y jara pringosa (Cistus ladanifer). Las etapas degradativas se corresponden con escobonales (Cytisus scoparius y Retama sphaerocarpa) y jarales‑ahulagales (Cistus ladanifer y Genista hirsuta). Son típicos también los majadales con Poa bulbosa y Trifolium subterraneum. Grandes extensiones de los Llanos pertenecen a esta faciación, destacando toda la zona de Sierra de Fuentes y a ambos lados de la carretera que lleva de Cáceres a Trujillo, así como partes de la carretera de Cáceres a Badajoz.
Faciación termófila con Olea sylvestris: Como característica típica se destaca la presencia de acebuche (Olea europaea Var. sylvestris) que llega a sustituir a la encina formando acebuchales. Entra en contacto con la anterior en el entorno del río Almonte. Faciación termófila con Olea sylvestris: Como característica típica se destaca la presencia de acebuche (Olea europaea Var. sylvestris) que llega a sustituir a la encina formando acebuchales. Entra en contacto con la anterior en el entorno del río Almonte.
Faciación granitícola con Quercus suber. Encinares desarrollados en afloramientos graníticos, con presencia de alcornoque. Esta formación ocupa todos los berrocales de la zona de los Llanos de Cáceres. Hoy se presentan con el aspecto de escobonales blancos quedando sólo viejos alcornoques y alguna encina. La formación más representativa son los escobonales blancos de Cytisus multiflorus y Retama sphaerocarpa que se expanden por todas las zonas que han sido alteradas en la búsqueda de nuevos pastos. Como elementos destacados de la serie cabe citar la presencia de Adenocarpus complicatus subsp. comutatus, de Anogramma leptophylla, Parietaria lusitanica y Scrophularia schousboei.